Creo que ya sólo sé hacer eso.
Bebo, enciendo un cigarro y te miro, pálida.
Me pides que te diga, que tatúe en tu piel de naftalina taciturna hormigas de tinta nocturna.
Y sólo sé buscar fluorescencia en combinaciones aleatorias de pensamientos distraídos. Lo siento.
Rompo el carmín olvidado en marfil nervioso, uñas y nudillos que se frotan buscando la primera chispa.
La primera primavera que no llega.
April is the cruellest month.