Escribía para adularla,
escribía para poder llegar a ella.
Escribía en sus costillas,
allí también tocó el piano.
Escribía para expulsar la bilis,
para cerrar los ojos y hacer las paces con el sueño.
Escribía para todo menos para soñar,
porque soñaba cuando escribía.
1 comentario:
Pues sigue escribiendo bonitos sueños. Un abrazo
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