Se fue y me dejó cenizas de su último cigarrillo, un vaso de agua bebido a medias y una sensación extraña.
Y la casa en silencio.
Yo volví a fumar, waldfrüchte tee engatillado recordando un pasado de dos verdes y rubio largo como la distancia.
Ahora tengo miedo a esa última habitación cerrada, a la falta de luz, de oxígeno, a que el sueño no llegue.
Agua salada sobre los recuerdos, aquí dentro está lloviendo.
Ya compartimos cenizas, el humo acompaña y esconde entre la niebla la falta de, pero no la oscuridad, cada vez más presente.
Me alegra habernos vuelto a ver.
2 comentarios:
Un abrazo de chubasquero para las lluvias y los granizos!
Una de las cosas que tiene volverse a ver son las sensaciones que nos quedan de lo que es y lo que fue, que en muchas ocasiones son positivas!
Una sonrisa entre vasos nostálgicos!
Reencuentros que nos marcan una dirección a seguir...
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