La vida transcurría lineal, como un cigarrillo encendido y abandonado, como su propia estela grisácea, marcada exactamente en el mapa espacial de una habitación sin movimiento. Tuve que apagar la televisión para saber que estaba tan solo como esa colilla, para saber qué es lo que ese silencio que tanto ignoraba quería decirme.
2 comentarios:
me gusta el cambio!!! renovación total!
Por 365 cafés más!!
Efectivamente, el silencio a veces, es una opinión, o...un monólogo quizás... Tal vez el eco de lo que retumba en tí
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