¿Y ahora qué? La madrugada pregunta a la punta del lápiz.
Un coche encendido replica el eco de mis pasos, pausados.
¿Dónde está el equilibrio del ebrio?
Lo marca la luz de las farolas que saludan con sobria gentileza.
No me doy cuenta mientras madura lenta la flor de primavera
dividiendo ambos lados de la carretera.
Y me dejo llevar,
camino interminable que apunta al mar.
1 comentario:
yo también quiero ir al mar
me llevas???
:D
Milmás
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