No es por el esfuerzo que ello supone, es que no hay nada más, al menos por hoy.
Como un vaso haciendo el pino, las gotas luchan levemente y se dejan llevar por la inercia y yo,
atraído por la luna como agüita salá también me dejo llevar por el viento nervioso de una habitación en calma y un ventilador con tos que suenan al unísono elaborando una ensalada musical adornada con golpes de oliva sobre el teclado, aceite que sale del sudor vago y lejía avinagrada que cae desde los ojos. Todo un menú para celebrar en petit comité, tan petit que el vino me lo he bebido todo y ahora la inercia está dentro de mí.
1 comentario:
He analizado. Que por lo general hace mucho calor en sus posts.
Publicar un comentario